La inteligencia artificial y su estrella del momento, ChatGPT-4, de la empresa americana OpenAI, es el tema de referencia en este primer semestre del 2023. De hecho, si buscamos “Chatgpt” en Internet, aparecen cerca de 1.000 millones de resultados relacionados, lo que la convierte en una de las palabras más buscadas desde su lanzamiento al público este principio de año.
Los estudiantes y las nuevas generaciones, siempre rápidos para apropiarse las nuevas tecnologías, ya usan esta herramienta de manera masiva para la generación de sus trabajos y la búsqueda de información, lo que está revolucionando por completo la manera de aprender, el mundo universitario y posiblemente cambiará las capacidades de razonamiento de las futuras generaciones. Esperemos que sea para bien.
El mundo empresarial esta todavía analizando con fascinación y respeto cómo utilizar esta y otras nuevas herramientas para optimizar su gestión empresarial y el servicio al cliente.
Definiciones: IA vs. ChatGPT
Según la RAE, la inteligencia artificial (IA) se define como “la disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”. Es decir, se trata de un sistema que utiliza una gran variedad de algoritmos matemáticos que pueden aprender de manera autónoma, almacenando datos indexados, adaptarse a nuevas situaciones y proponer respuestas a problemas complejos gracias a su capacidad de procesamiento y su acceso a gran cantidad de información.
Hoy en día, la IA ya se utiliza ya en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana con distintos niveles de complejidad: desde los sistemas de reconocimiento facial al asistente vocal de nuestros móviles, pasando por las recomendaciones comerciales en sistemas de búsqueda, los traductores automáticos, vehículos autónomos, la identificación de enfermedades en imágenes médicas, chatbot, comprobadores de calidad también por imágenes en el sector de la industria, y un largo etcétera.
Por otro lado, ChatGPT es “un modelo de lenguaje natural que se basa en la IA para generar respuestas a preguntas o comentarios de los usuarios de manera autónoma a partir de grandes conjuntos de datos de texto”.
Lo que significa que “mientras que la IA es un campo amplio que abarca muchas tecnologías y técnicas, ChatGPT es un modelo específico de IA diseñado para procesar el lenguaje natural y proporcionar respuestas contextuales”. En esencia, “ChatGPT es un ejemplo concreto de cómo se puede utilizar la IA para mejorar la capacidad de las máquinas para comprender y comunicarse con los humanos de manera más natural y eficiente”. Definición que ha sido generada directamente por la aplicación ChatGPT como respuesta a la pregunta “diferencia entre inteligencia artificial y ChatGPT”.
En suma, como resaltaba recientemente en un artículo de El País, el catedrático Mariano Fernández, esta solución solventa la limitación del lenguaje escrito como divulgador de conocimiento por no permitir la interacción, como ya puntualizaba Sócrates en su día.
Riesgos del modelo
La IA supone tal potencia, que asusta por el riesgo de manipulación y engaño que podría darse entre manos mal intencionadas, sobre todo teniendo en cuenta que el modelo está todavía en sus inicios y su respuesta se basa en la calidad de sus datos y por lo tanto en sus eventuales sesgos.
Esta es la razón por la cual el Parlamento Europeo acaba de poner las bases para una regulación que permita controlar el uso de fuentes de datos obligando que se indique, además de las fuentes, si textos, imágenes o videos han sido creados por inteligencia artificial y regular la protección de datos o el uso de reconocimiento facial ciudadano, por ejemplo.
Aplicación de la IA al mundo empresarial
La automatización y la robotización en el mundo empresarial es ya una realidad desde hace muchas décadas. Permitió liberar los humanos de tareas repetitivas para centrase en tareas de mayor valor añadido, mejorando así productividad, fiabilidad, costes y quitando la penosidad de determinadas tareas.
ChatGPT y otras herramientas similares que se están desarrollando, como “Bard” de Google, están abriendo nuevas puertas todavía por explorar que, con seguridad, van a impactar las distintas funciones de la cadena de valor de la empresa, sobre todo que OpenAI acaba de lanzar una API para integrar su motor en aplicaciones corporativas.
Adaptación de la cadena de valor de Michael Porter
Sin hacer un repaso exhaustivo, resulta interesante mencionar algunos ejemplos de uso que se irán multiplicando exponencialmente en el futuro a medida que madure la solución, de la que solo vemos la punta del iceberg.
En Recursos Humanos, la solución podrá ayudar en distintos ámbitos como:
- Selección, personalizando respuestas a los candidatos sobre los puestos disponibles, valores de la compañía, paquetes retributivos y medidas de flexibilidad.
- Formación, proporcionando cursos personalizados e información enfocada a la necesidad de cada empleado. Lo que será muy útil para luchar contra la perdida de conocimiento de las empresas como resultado del inicio de la jubilación de la generación del baby boom.
- Contact center empleados, contestando a preguntas sobre cualquier política de RRHH, 24h/día, 7dias/semana, 365 días/año.
En la Dirección Financiera:
- Proyección financiera, análisis de datos y riesgos financieros con recomendaciones de actuación.
- Comparativa con datos públicos de la competencia o industria.
- Recomendaciones de inversiones y adquisiciones en base a datos de mercados.
- Automatización del pago de facturas.
Para la Dirección Jurídica:
- Respuestas a de consultas legales.
- Estudio de riesgos legales de políticas internas.
- Análisis de aplicación de jurisprudencia.
- Análisis de contratos para buscar eventuales riesgos y proponer propuesta de alternativas.
En la Dirección Marketing y Ventas:
- Respuestas automáticas personalizadas a correos o consultas web sobre productos o servicios
- Análisis de la competencia y segmentos de mercado, también conocido como benchmarking.
- Identificación de nuevas necesidades de clientes sobre datos de consumo.
- Análisis de encuestas de satisfacción detectando patrones en comentarios.
- Personalización mensajes en campañas digitales.
- Diseño automático de nuevas infografías, eslóganes, revistas, etc.
Conclusión
En conclusión, las soluciones como ChatGPT, siguiente eslabón en el desarrollo de la inteligencia artificial, están abriendo un paisaje aparentemente sin límites y con muchas aplicaciones potenciales en la gestión empresarial. Habrá que estar muy pendientes para subirse al tren a tiempo.