La mejor manera de enfrentar el impago de facturas es prevenirlo desde el comienzo, actuar de manera rápida y estratégicamente puede marcar la diferencia entre recuperar el dinero o enfrentar pérdidas económicas.
Retrasos en los cobros pueden obstaculizar gravemente la capacidad de una empresa para pagar proveedores, cubrir gastos de la propia empresa y cumplir con sus obligaciones financieras. Además, los retrasos en los cobros pueden afectar la capacidad de la empresa para aprovechar oportunidades de crecimiento o para responder rápidamente a las demandas del mercado. Así como, la reputación de una empresa que también está en juego cuando se trata de su gestión de cobros e impagos.
La prevención de llevar a una empresa a una situación de insolvencia comienza con la construcción de una base financiera sólida. Esto implica varios aspectos clave:
- Mantener un flujo de efectivo saludable es esencial para cubrir gastos operativos, pagar a proveedores y cumplir con obligaciones financieras. La gestión proactiva del efectivo, que incluye la optimización de los ciclos de cobro y pago, puede ayudar a prevenir la escasez de liquidez que a menudo precede al concurso de acreedores.
- El uso prudente de la deuda puede ser una herramienta importante para financiar el crecimiento empresarial, pero también conlleva riesgos significativos. Las empresas deben mantener una carga de deuda manejable y evitar el exceso de apalancamiento que pueda poner en peligro su capacidad para cumplir con los pagos de deuda.
Además de los pilares fundamentales mencionados, existen varias estrategias que las empresas pueden implementar para fortalecer su salud financiera y reducir el riesgo de concurso de acreedores:
- Desarrollar un plan financiero integral que establezca metas, estrategias y medidas de rendimiento claras puede proporcionar un crecimiento sostenible y una estabilidad financiera.
- Mantener reservas financieras adecuadas puede proporcionar un colchón de seguridad en tiempos de dificultades económicas. Estas reservas pueden utilizarse para cubrir gastos durante períodos de baja actividad o para hacer frente a crisis inesperadas.
- Realizar análisis de riesgos y escenarios puede ayudar a las empresas a anticipar y prepararse para posibles amenazas financieras. Identificar y evitar riesgos en la empresa antes de que se conviertan en problemas graves puede ayudar a evitar el concurso de acreedores.
- Mantener una comunicación abierta y transparente con los acreedores puede facilitar la negociación de términos de pago favorables en tiempos difíciles. Las relaciones sólidas con los proveedores y prestamistas pueden ser esencial en momentos de crisis financiera.
También, es importante poner de manifiesto que los acreedores de una compañía o persona física podrán recuperar el IVA de aquellas facturas impagadas. Por lo tanto, en aquellos casos en los que el deudor sea declarado en concurso de acreedores sin que se haya hecho efectiva la contraprestación, se podrá recuperar esas cuotas de IVA devengado que en su día se ingresaron en la Agencia Tributaria. Así, lo exige la Directiva 2006/112/CE del IVA y la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Además, el pasado mes de abril de 2024 el Parlamento Europeo ha aprobado un nuevo reglamento contra la morosidad Informe- A9-0156/2024 (COM (2023)0533). El fin de esta nueva directiva es acabar con los plazos abusivos que minan la competitividad y viabilidad de las empresas, especialmente las pymes y autónomos, afectando su productividad y capacidad de empleo. En concreto, este reglamento tiene como objetivo establecer un marco sólido en cuanto a los plazos de pago que será de obligado cumplimiento y sancionará a las empresas morosas si exceden del plazo general fijado en 30 días. Finalmente, con esta normativa lo que se pretende conseguir es hacer frente a los retrasos en los pagos, tanto en las relaciones entre empresas como entre empresas como entre empresas y entidades públicas.
En conclusión, una salud financiera sólida es la mejor defensa contra el concurso de acreedores y otras crisis financieras. Al preservar la liquidez, proteger la rentabilidad y evitar los riesgos, una estrategia efectiva de cobros e impagos puede ayudar a garantizar que una empresa no solo sobreviva, sino que prospere en un entorno empresarial cada vez más competitivo. La inversión en la salud financiera no solo es una medida preventiva inteligente, sino también una estrategia fundamental para garantizar la supervivencia y el éxito a futuro de la empresa.
