En los últimos años, la sensación de crisis permanente ha potenciado la atención en la salud mental dentro de las organizaciones. Fenómenos como renunciar a los puestos de trabajo (la gran dimisión), trabajar solo lo necesario (quiet quitting), desaparecer en el trabajo (ghosting laboral) o el absentismo sabático sólo se pueden explicar por factores psicológicos. Por tanto, es esencial que los empresarios y directivos tomen conciencia de esta situación.
Para ello, el autor propone un enfoque integral que no solo se centra en el bienestar laboral de los empleados, una condición necesaria pero no suficiente, sino también en el bienestar de propósito, que implica alinear el propósito de los empleados con el de la empresa. Solo así las personas se sentirán valoradas y apoyadas y se crearán equipos motivados y comprometidos.