La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como «un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad». En una sociedad donde la salud mental ha ganado protagonismo, es fundamental que las empresas gestionen el bienestar de su plantilla y desarrollen una cultura del cuidado hacia las personas.
Las organizaciones son entornos cargados de emociones. Por ello, es indispensable crear espacios seguros, productivos y conectados, donde los empleados se sientan escuchados, comprendidos y puedan expresar libremente cómo se sienten.
Cada año, se pierden 12.000 millones de días laborales en el mundo debido a trastornos como la ansiedad y la depresión. En Europa, cerca de 4 de cada 10 ciudadanos experimentan algún tipo de trastorno mental relacionado con su trabajo, según la OMS. Y en España, desde el Ministerio de Sanidad indican que casi 6,5 millones de personas han sido diagnosticadas con ansiedad o depresión. Estas cifras confirman la necesidad urgente de abordar la salud mental en el ámbito laboral, donde todavía persisten barreras culturales que dificultan la apertura y el acceso a ayuda.
En este contexto, los departamentos de comunicación interna y recursos humanos desempeñan un papel crucial en la creación de entornos laborales seguros, donde todas las personas puedan compartir sus experiencias y buscar apoyo. Así, se derriba el estigma en torno a la salud mental y se fomenta una cultura de apoyo.
Retos clave para las empresas en la gestión de la salud mental
Liderazgo empático
Hoy más que nunca, la inteligencia emocional es una habilidad clave de los líderes dentro de las organizaciones, que juegan un papel fundamental en la creación de ambientes de confianza dentro de sus equipos. Ellos son los responsables de establecer el tono del equipo y de fomentar un ambiente de confianza. La capacidad de un líder para generar conversaciones abiertas y sinceras resulta clave en la creación de relaciones sólidas dentro del grupo. Cuando los miembros de un equipo se sienten escuchados y valorados, no solo mejora la cohesión, sino también la innovación y la colaboración. Un líder que practica la escucha activa y valora las contribuciones de su equipo, puede transformar la dinámica laboral, haciendo que cada persona se sienta valorada y motivada para dar lo mejor de sí misma.
Comunicación como herramienta de cambio
Las campañas de comunicación interna son una herramienta poderosa para educar sobre salud mental a todas las personas dentro de una organización. A través de talleres, boletines informativos y sesiones de sensibilización, las empresas pueden desmitificar los problemas de salud mental y proporcionar información valiosa sobre cómo reconocer y abordar estos desafíos. Al hacerlo, se fomenta una cultura de apertura que permite a los empleados sentirse menos aislados y se fomenta la empatía y el apoyo mutuo.
Además, es fundamental que estas acciones, en la medida de lo posible, incluyan testimonios de personas que han enfrentado problemas de salud mental. Compartir historias personales puede ser un catalizador para el cambio, al mostrar que nadie está solo en sus luchas. La vulnerabilidad compartida puede ayudar a derribar barreras y a crear un sentido de comunidad en el lugar de trabajo.
El bienestar integrado en la estrategia
El bienestar de la plantilla debe ser una parte integral de la estrategia empresarial porque solo de esta forma, integrándolo dentro del ADN de la organización, se consiguen resultados tangibles. Esto incluye la implementación de políticas que promuevan el bienestar, como horarios flexibles, acceso a servicios de salud mental y programas de asistencia a los equipos y sus familias, programas que ayuden a tener una alimentación saludable y fomenten el deporte, etc. Al ofrecer recursos y alternativas, las empresas demuestran que valoran la salud de su equipo y que están dispuestas a invertir en su bienestar a largo plazo.
Responsabilidad individual
Todas las personas dentro de una compañía tienen su papel protagonista en la creación de un ambiente laboral que promueva la salud mental. Es esencial que las interacciones entre compañeros se basen en el respeto y la sinceridad, ya que abusar de la confianza o de las normas no solo afecta el clima laboral, sino también el bienestar y la colaboración del equipo. Fomentar una cultura de responsabilidad compartida ayuda a construir relaciones más sólidas y un entorno de trabajo más armonioso.
El compromiso de la alta dirección con la salud mental
Es importante que la alta dirección se involucre y participe activamente en las iniciativas sobre salud mental que se desarrollen dentro de la organización. Cuando los líderes de la empresa hablan abiertamente sobre la salud mental y comparten sus propias experiencias, se envía un mensaje claro: la salud mental es una prioridad para la empresa. Este tipo de liderazgo no solo fortalece la confianza, sino que también refuerza la transparencia corporativa.
En definitiva, las empresas tienen la responsabilidad de construir espacios de trabajo donde la salud mental sea una prioridad. Y se trata de una responsabilidad compartida entre los líderes de la organización, los departamentos de recursos humanos y comunicación interna y también de cada miembro de la organización. Al fomentar una cultura de apertura, respeto y apoyo, se puede reducir el estigma asociado a los problemas de salud mental y crear un entorno donde todas las personas se sientan cómodas al compartir sus experiencias y buscar ayuda cuando la necesiten.
